Kimera
Deslumbra. La pequeña Kimera te deja sin habla. No camina, flota. Hermes guía sus pasos. Y las Furias su lengua. Te confía sus llaves. Espía a la gente en el supermercado. Teje historias leyendo las bandejas de pvc, como si fueran ovillos de lana. Condones, petit-suisse y fanta de limón. La cinta transportadora le ofrece varias rutas. Se queda con la más turbia, porque las ninfas son complicadas. Y ella surgió del asfalto mediterráneo, un día soleado. Habló de las rubias que se visten de rojo. Bebimos vino blanco, comimos queso, del rico, y hablamos durante horas que parecieron mundos. Esta última vez me confesó que busca las sandalias perfectas. A mi me ocurre algo parecido con los bolsos. Sigue jugando con sus rizos que no lo son. Habla del futuro con ganas de comérselo, a bocados pequeñitos. Lee mucho, por temporadas, y coloca a la gente en las butacas del teatro. Moldea suave. Y blando. En ella hay aguja e hilo. Y sombras. Kimera es un milagro, otra titana, una pequeña diosa terrenal. La imagino con arena y jenjibre en los bolsillos. La recuerdo con chocolate en la comisura de los labios. Y retengo en la memoria su ventana. En negativo. Porque ya no lo es.
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7 comentarios:
en la blogosfera hay unas cuantas mujeres por las que merece la pena viajar, desde luego que sí
y cuando llegas, existen, no era una quimera
bs
ay!!
no puedo decir nada más...
ayyy
besos
A mi me ocurre algo parecido pero con las paletas de la acuarela despues de usarlas ,dejo secar los colores que me parecian sintonizar armonia perfecta luego comienzan a desquebrajarse, cobran personalidad, la paleta siempre acaba ablandandose en agua, no he dado con aquella escurridiza.
Me alegra volver a leerte tan tú, desnudando otra de tus aristas. Mucho ánimo, linda. Seguiré cerquita.
Besito
Tú también vales un viaje, sí...o varios..
Un beso.
Esther
Qué final!!!
.*
YO SERÉ UNA QUIMERA?
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