Trasnochando
La chica de la nariz de gato me mira porque la miro. Me gustan sus rodillas moradas, como galaxias diluidas. Besa como si estuviera borracha. Tiene las manos frías. Habla de accidentes emocionales, pero no me la termino de creer. Tiene pinta de comerse los corazones crudos. En su bolso lleva caramelos de goma con forma de oso. Y, cuando sonríe, cierra los ojos. Un poco, solo un poco...
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7 comentarios:
sólo conozco a una persona capaz de andar con ositos de goma sin comer corazones crudos...
y es un chico
ten cuidado
besos
y te va a encantar el cuento de mi once upon, etc
una rosa para emily, de faulkner
si es que no lo has leído ya
es toda una mujer extraña que merece un viaje
besos
Vaya, entré por aquí desde el bonito blog de meryone y me ha gustado mucho lo que he leído. Voy a leer otras entradas tuyas. Un saludo.
Creo que la vi el otro día, a tu chica tóxica. Estaba en el muelle y cuando se percató de que la observaba, se tiró al agua y desapareció, eso sí, sonriendo y entornando los ojos...
Yo conozco a algunos que regalan corazones de azucar para luego tirar el tuyo a la basura.....
La chica de la nariz de gato me mira como mira un gato a un agujero.
Te añoraba :)
tu devoto público quiere más mujeres extrañas que valen un viaje...
pero sólo yo te lo cuento...
besos
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