Serendipias animadas (Ser/Estar)

Qué fácil es confundirse de verbo cuando vienes de otro planeta...

Serendipias animadas (Llegadas)

No te había dicho que tengo dificultades para abrazar a la gente, así, de manera espontánea. Te recordaba rubia y llegaste casi pelirroja. Se me olvidaron las vocales. Titubeé, para variar. Y recordé por qué me gusta la terminal de llegadas del aeropuerto.

Serendipias animadas (Secretos)

Nos encontrábamos de madrugada, por aquello del horario, y nos descubrimos. Sin rubor. Tejimos una interesante rutina virtual. Y te revelaste deletreando secretos. De alcoba, también. Me gustó descubrir que eras diferente. Más como yo que otras antes, pero perdida en el remite de un sobre. Calentando sueños, desde lejos. Sin sogas al cuello, ni posturas fingidas. Tibiamente idealizada.

Serendipias animadas (Mensaje a medianoche)

Te prometí, aquella noche, contarte mi vida en verso. No me doy cuenta de que miento. Estoy ebria de angustia y ginebra. Cinco años después, todavía te lo debo.

Serendipias animadas (Primer encuentro)

Leo tus letras. En inglés. En español. Me dices que te gusta la carne. De Egon Schiele. De Gustav Klimt. Me transcribes un poema de la Plath. Y, me lo creo, eres fan de Kerouac.

La del Fulgor

No es solo su voz, áspera y fuerte, como de ultratumba caliente. Es su mirada llenita de cuerpos en carne viva y curiosidad felina. En sus escotes le han tatuado "peligro", pero a ella eso no le quita el sueño. Es una superviviente. Una de las muchas seductoras que me arrebatan titubeos y halagos a medias. Se llama parecido a un personaje de cómic. Para mi siempre será La del Fulgor por muchas razones. Y es que es actriz, la muy salvaje. Una especie en peligro de extinción.

Tatuaje

En la nuca. Un tatuaje en la nuca llevaba la pequeña. Solo al subirse el pelo desde atrás, con las dos manos y hacerse un moño pude ver que se trataba de una linda mariquita. Escalando su cogote. Después de dos años de ausencia.