Antes de que la primera cicatriz se abra, una vez más

Te equivocas. La palabra que buscas no es histérica sino lúcida. Con tilde en la u y claridad absoluta, brillante, en el contenido.

Le olían las manos a cebolla y hierbabuena

Acababa de cocinar algo delicioso. Para cenar. Con los ojos empañados, disueltos. Perdidos.

La misoginia es el arma de los cobardes

Él le dijo que no era un genio, que sus tetas eran pequeñas, que su vida era imperfecta. Nunca barajó amarla hasta el tuétano para evitar su fuga inminente. Fue víctima de una mala estrategia de comunicación. Por favor, despidan al director de campaña.

El día que conocí a una mujer que no hace teatro

No es fácil que nadie me vea. Salgo del trabajo y pienso en la dificultad de los pasos, de las miradas que parpadean, al fondo, y se escapan al entrar en la estratosfera. Pupilas fugaces, las tuyas. Y las tuyas.

No me reconozco en la acomplejada oficinista de la que hablan los papeles. No quiero matar a mi padre, todavía no. Soy imperfecta por definición. Me importa poco la excelencia de las formas, pero me muestro exigente en las fiestas. Exigente y desubicada. Cuando ella mira, cuando ella habla. Se me escapa el poder ser, el poder hablar, el poder hacer. Llevo rímel en la mochila. Para alargar mi mirada y sostenerte. Nunca creí en la mitomanía, ella es pura mitología. El dios Pan le corre piernas abajo. Hilos de locura performativa. Carne que se envenena cada vez, cada vez, cada vez que se pone el traje de sí misma.

Contenida en las fiestas. Habla de autodestrucción, de extremos diluidos, de miseria moral. Ella ha maquillado sus pestañas y se ha puesto tacones. Su labio superior se eleva, a veces. No soy mitómana pero me siento idiota frente a Pan. Me falla el contexto. Frío, siento frío. Sus palabras me abrigan, pero no del todo. Ella es ficción, joder, y, al fin, cruda realidad.

Retorno

Enterrar en cada sitio en el que he sido feliz objetos tristes. Guardar bajo piedras una pizca de sentimiento. Desenterrar el tesoro y tragar sin mirar. Desentrañar el misterio. Escarbando. Como una perra lúcida en un charco de estiércol.

Bufonas

Dame la mano y te tentaré con mi cintura, zorra abominable.

(t)urgencias

Dilatada,
expandida,
diluida,
[abierta en canal,
de norte a sur]
transparente,
distraída,
a medio hacer.