Estás y no estás, mujer gigante.
Tomate, cebolla y aceite.
Quieres bailar.
Camino tu camino, el mismo que luego deshago.
Siempre enfa-da-dá.
Y vuelves a ser pelirroja.
Milagrosa, extrema y celestial.
Prefieres el rojo pasión a ser morena natural.
Y, si te llamo, es porque quiero que me saques
de Nunca Jamás.
Por la fuerza.
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