Retorno

Enterrar en cada sitio en el que he sido feliz objetos tristes. Guardar bajo piedras una pizca de sentimiento. Desenterrar el tesoro y tragar sin mirar. Desentrañar el misterio. Escarbando. Como una perra lúcida en un charco de estiércol.

6 comentarios:

Isabel Tejada Balsas dijo...

Como una perra lúcida en un charco de estiercol.

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Comtessa d´Angeville dijo...

No me hace falta enterrar nada triste en el lugar en el que más feliz he sido. Voy todas las semanas a escarbar en aquel charco de estiércol. Y va a hacer dos años que me dejó, fíjate.

AAN dijo...

¡Que vivan las contradicciones! Y las piedras que cobijan tus sentimientos, y se tornan en lilas, margaritas y amapolas, claro ;)

Beso, linda.

Anónimo dijo...

Quiero enterrar esos objetos tristes... lo voy a hacer, a ver si el universo me devuelve para siempre para siempre la felicidad que dejé escondida y no encuentro.

Meryone dijo...

esta perra lúcida andaba escarbando en un charco de estiercol esos días, también

besos

Comtessa d´Angeville dijo...

hubo un tiempo en que sí las llevé así muy larguitas en comparación con el resto del pelo... y me han entrado ganas de volver a dejarlas crecer!