Hambre

Como una Barbie,
me sonríes,
caminas de puntillas,
te tiñes.

De una bofetada,
maldita frígida,
de dos hostias bien dadas,
te devolvería la dignidad perdida
entre tanto plástico
para darte lo tuyo,
- con ganas -
y dejarte babeando
sobre la almohada.

Sé mi complemento
directo, muñeca
abominable.

Te lo suplico.

Permíteme
acabar con
todos
tus frenos.

Cortar.
Pegar.
Echarte de menos.

Y dejarle las sobras a los perros.

1 comentario:

natalia manzano dijo...

los pelos de punta, demonios.
gracias, gracias.