Saturno devorando a su hija
Déjame apoyar los dos pies en el suelo para recoger mis juguetes antes de mandarme a la cama. Braceo entre las sábanas y algo interrumpe mi digestión. Es el reloj, me dices, que se para a veces. Tomo aire y me escondo bajo la cama. Nadie me duele estando aquí abajo. Nada puede alcanzarme. Te pido un respiro. Me cuentas un cuento. Me devuelves la pila del gusiluz.
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2 comentarios:
Nadie me duele estando aquí abajo. Nada puede alcanzarme.
Nada y nadie... sola ;)
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