La mujer en la sombra

Hace falta un ejército de mujeres como ella, capaces de rebanarte el cuello si se lo pides por favor. Justa y buena, como manda la tradición, escupe en el ojo y hurga en la herida cuando se lo mandan. Heroína de manual, transparente y brutalmente honesta. Sabe que el cielo es una mentira. Sabe que no hay futuro. Sabe que la quiero con locura. Y, pese a ello, cree. No sé muy bien en qué, pero la mantiene entera; pegada a sí misma. Una titana de arroz con leche y canela. Mi ángel de la guarda: la guardaespaldas sideral.

Sádica

Con las bragas en los tobillos,
se deleita frente al tocador
y simula estar de acuerdo
con su filosofía
de vida.

Huesped

Solo me gustas por las noches cuando, cansada de nuestro pacto de caballeros, me dices al espejo que el rímel de fulana me sienta como un tiro.

Rubias en el metro

De rasgos afilados, cabello de anuncio y sonrisa de salirse (siempre) con la suya. Barbie coqueta. Sin mansión cinco estrellas ni novio de ensueño. Desobediente y perfecta. Prefiere jugar con muñecas.