La niña que leía a escondidas

Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta. Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita.

Encontré una edición sucia, vieja, desbaratada detrás de la cama de invitados. Los índices habían manchado los bordes. Huellas de un crimen. Leer a la luz de las velas. O con linterna bajo las sábanas. Rompiendo el lomo y sus esquinas. A mordisquitos. Doblando sus páginas. Subrayando sus letras. Una devoradora, una criminal.

4 comentarios:

Comtessa d´Angeville dijo...

¿mi primer encuentro con gertrude? Yo era muy pequeña, debería tener diez u once años porque fue entonces cuando llevaba la ortodoncia... fue en la consulta del dentista, mientras esperaba que me llamaran hojeando las revistas que había por allí en una aparecía un artículo sobre Gertrude Bell, no me preguntes qué revista era, pero revista de consulta de dentistas, National Geographic, o Muy Interesante... qué sé yo, hace muchos años... yo estaba ya fascinada entonces por Lawrence de Arabia después de ver la película, pero esta era mujer y eso llevaba añadidas muchas más dificultades... de ahí viene todo, de tener los dientes mal puestos, fíjate.

Comtessa d´Angeville dijo...

Por cierto yo también leía a escondidas, pero en el colegio. Metía el libro en el cajón durante las clases y lo iba leyendo... Le dijeron a mi madre que tenía prohibido llevarme libros al colegio.

Meryone dijo...

amo lolita

amo ese principio

besos, nena

Comtessa d´Angeville dijo...

a mi e-mail señorita, agueditalalalalala@hotmail.com

las canciones allí y yo le pasaré también