Niña mimada, niña idiota

Qué quieres de mi, criatura insaciable, si estoy rota por dentro. Si ya no tengo fuerzas para existir en tu mundo hipermoderno de mapas en 3D. Niña mimada, niña idiota. Son las ganas de anudarte los tobillos y besarte la primera cicatriz las que me mantienen interesada en la partida de ajedrez. Pero no esperes regalos por tu cumpleaños, niña extraña. Esto no es un videojuego. La vida extra hay que ganarla, al igual que el continuará. Solo la certeza de que otro día llamarás me mantiene cuerda. Y yo vendré, corriendo, a lavarte las heridas. A leerte un cuento. A darte un beso en la mejilla justo antes de dormir.

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