Inercia

Ella es buena -paga sus impuestos, piensa en los demás-. Una hembra complaciente de manual. Con su maleta de ruedines se desplaza por el plano inclinado. Lo inmediato pesa, aunque esté hecho de nubes -de algodón dulce-. El presente anudado a los tobillos, pero sin cascabeles para alertar a los demás. Escaleras y ganas de matar. Ella es/está impaciente. Y un niño le sonríe. Sonríe a todo el mundo. Y el mundo se para. Ella baja las escaleras con la maleta al hombro. No ve la sonrisa, no ve al niño. Solo quiere llegar y sentir alivio -darse una ducha, cenar con alguien-. Huye a un vagón de la línea 2 (Ópera, Sol, ¿Sevilla?) y descubre -contrariada- que erró la dirección. Suspira y cambia de andén. Faltan diez minutos para que el tren efectúe su entrada en la estación.

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