Miss red underwear

Sube los escalones de dos en dos. Las niñas de doce, quince, treinta años lo hacen así, sin complejos, enseñando a los demás a ablandar el asfalto, desde el iris verdeazulado hasta la rozadura de las sandalias. Sus dedos terminando en rojo. Iracunda. Desmedida. Su pelo rizado acariciando el suelo, frío asfalto este en el que nadamos. La lluvia arrastra nuestras pequeñas miserias. Ella es casi transparente. Puedo verle las ideas. Quiere comerse dos corazones crudos para desayunar.

1 comentario:

Rouge dijo...

Más le vale al asfalto ablandarse a su paso :)